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LAS FOSAS NASALES
Realizan una serie de funciones asociadas entre sí al servicio y protección de las vías aéreas inferiores. Estas funciones son: - Función respiratoria de conducción del aire hacia el árbol traqueobronquial. Esta es su función por excelencia y no se limita al simple paso del aire sino que además regula el débito aéreo hacia las vías inferiores. - Función sensitiva encauzando las partículas olorosas hacia la mucosa olfativa. Se trata en el . - Función defensiva de protección frente al ambiente. Mediante esta función el aire inspirado es purificado de sustancias tóxicas antes de entrarn en el árbol respiratorio. En relación con esta función defensiva está el origen de reflejos provocados por la estimulación de la mucosa nasal, de los cual el más importante es el reflejo del estornudo. - Función de acondicionamiento. Acondiciona el aire inspìrado mediante su calentamiento y humedificación para que entre en buenas condiciones al árbol respiratorio. - Función fonatoria. Es una función más secundaria en la que las fosas participan al formar parte de la caja de resonancia de la voz. La mucosa nasal por su situación estratégica en la entrada de las vías aéreas tiene como una de sus funciones fisiológicas el filtrado y el acondicionamiento del aire inspirado y participa en los mecanismos de defensa contra los agentes infecciosos respiratorios. Esto hace que la respiración nasal permita respirar un aire purificado y acondicionado, es decir, recalentado y humedificado. Estas funciones fisiológicas tan importantes de la mucosa nasal se realizan mediante tres funciones: ciliar, secretora y vasomotora. La situación fisiológica normal requiere que la respiración se realice por las fosas nasales. La respiración por la boca es un complemento antifisiológico y que sólo se utiliza en caso de necesidad. Las fosas intervienen, además, en la formación de los sonidos armónicos, y por tanto, en el timbre de la voz, función que realiza en colaboración con la rinofaringe, abriéndose o cerrándose más o menos, según se precise dar más o menos resonancia al sonido emitido. Las dos fosas tienen un volumen total de 15 ml. y una superficie de 150 cm2. Cada fosa puede ser dividida en tres partes: el vestíbulo nasal, el piso olfatorio y el piso respiratorio. Estos espacios de la vía aérea extrapulmonar se conocen en su conjunto como espacio muerto pero hay que saber entender este término, ya que en realidad son segmentos vivos que no sólo se limitan a la conducción pasiva del aire, sino que resisten y limitan el flujo desempeñando un papel importante en la función respiratoria. El vestíbulo nasal está situado a la entrada de las fosas nasales, se encuentra separado de la fosa nasal propiamente dicha por un orificio de unos 0´3 cm3 que se denomina ostium internum. Este orificio juega un importante papel en la fisiología nasal respiratoria, ya que es el paso más estrecho de las cavidades nasales. El ostium en su parte superior se hace más estrecho, a forma de hendidura, estando formado por el borde caudal del cartílago triangular. A la hendidura superior vestibular se la denomina válvula nasal, pues funciona según los movimientos del cartílago triangular como un regulador del débito aéreo, controlando la entrada de aire en las fosas nasales. Más adelante se expone la importancia y fisiología de la válvula nasal. Los pisos o compartimentos olfatorio y respiratorio, aunque están comunicados a lo largo de la cavidad nasal, se diferencian por su topografía, por la estructura de su mucosa y su inervación que están en relación con la función propia de cada uno de los dos. La mucosa nasal presenta así mismo dos áreas morfológica y funcionalmente muy diferencias: mucosa respiratoria y mucosa olfatoria. Los diferentes tipos celulares de la mucosa nasal realizan funciones propias. Las cc ciliadas tienen una función de limpieza de las partículas inhaladas, las cc caliciformes y las glándulas exocrinas de la mucosa mantienen y realizan la renovación de la cubierta mucosa indispensable para el movimiento ciliar, las cc en cepillo juegan un importante papel en los fenómenos de secreción y de reabsorción de la mucosa nasal. Estas diferentes funciones convergen en un fin único: asegurar la filtración y drenaje de las partículas de aire inspirado. En mucosa nasal por su tipo tan particular de vascularización, se producen reacciones vasomotoras rápidas y duraderas que modifican el flujo del aire. Estas reacciones son gobernadas por el sistema vegetativo. La mucosa nasal es el origen de reflejos cuya función es la protección del tracto respiratorio inferior y la disminución de la resistencia al paso del aire cuando así es requerido. La estimulación de la mucosa nasal es capaz de provocar intensas respuestas cardiovasculares y respiratorias. El estímulo desencadenante de estos reflejos puede ser físico o químico y la respuesta refleja puede ir desde el estornudo a la bradicardia severa o la apnea. Otros reflejos son los nasoculares, nasolacrimales y nasopalpebrales. Otras situaciones reflejas son las provocadas por estimulación térmica de la mucosa nasal, similares a las que se producen en la piel. El ejercicio provoca vascontricción nasal para disminuir la resistencia al paso del aire, probablemente vía hipotalámica. El incremento de la presión de CO2 arterial origina una vasoconstricción nasal para facilitar su eliminación, en tanto que en respuesta a la hiperventilación se produce el efecto contrario.
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